VIAJE A MALVINAS 2017 CIA AMET 12,7 MM
Los veteranos Rodolfo Miguel Navarro de Itá Ibaté (Corrientes), Ramón Echevarría de Virasoro (Corrientes), Horacio Ruiz Díaz de Alvear (Corrientes); junto a Catalino Almirón de Resistencia (Chaco), Victor Manuel Villagra de Buenos Aires, Carlos Bertini, René Cáceres, Juan Salazar, José Luis Castellani integraron la Infantería de Marina de Ametralladora 12,7.
Hace pocas horas volvieron a pisar el continente luego de haber pasado una semana en las Islas Malvinas, donde recorrieron todos los puestos de combate que ocuparon durante; rememoraron hazañas de puro coraje y visitaron a sus camaradas caídos hace 35 años durante la guerra contra el invasor inglés.
Fue un viaje histórico que ellos mismos se autofinanciaron y lo planificaron desde el mismo día que regresaron de la guerra: “La decisión de volver a las Islas Malvinas la tomé aquel 14 de junio de 1982 cuando caí prisionero del invasor. Ese mismo día juré volver a nuestras Islas para honrar a mis hermanos de guerra que están custodia ese pedazo de Patria”, explicó el Excombatiente y docente itaibateño Miguel Navarro antes de la partida.
Este sábado 21 de octubre por la noche estos ex integrantes de la Infantería de Marina de Ametralladora 12,7 regresaron desde las Islas a Río Gallegos. Desde allí narraron las experiencia que vivieron cargado de emoción y honra.
Viaje en el que también se permitieron algunas nuevas hazañas; como recorrer las Islas Malvinas con la bandera argentina tendida sobre sus espaldas como manto sagrado, vestidos con partes de sus antiguos uniformes e hicieron flamear la enseña patria en cada puesto de batalla al que regresaron 35 años después.
Miguel Navarro comentó que tras arribar a las Islas, el pasado lunes 9 de octubre; comenzaron a recorrer lugares emblemáticos del archipiélago ocupado. El primer lugar de visita fue “el cementerio de Darwin donde cumplimos nuestra promesa de reencontrarnos con nuestros hermanos de guerra caídos en las Islas”.
“Yo cumplí mi promesa de colocar un rosario en cada cruz. Los rosarios me los regalaron mis alumnos de la escuela N°415 Martín Jacobo Thompson de Itá Ibaté. Y le rendí homenaje a un compoblano sanmigueleño, Remigio Fernández; dejándole un rosario blanco y tomando otro negro que estaba sobre su cruz. Se lo llevo a su familia de recuerdo”, describió.
El docente y Excombatiente de 55 años comentó que los siguientes lugares de combate a los que volvieron fueron: San Carlos, el Aeropuerto, la Península de Campbell, Monte London, Las Dos Hermanas, Modi Group, Monte Quen, Monte Williams, Monte Harriet, Monte Ttumbledown.
“En Monte London se libró uno de los combates más largos, que duró cerca de nueve horas. En ese lugar hay un memorial de reconocimiento a los soldados argentinos caídos en la guerra. En este lugar nos tomamos el atrevimiento, porque nos saltó el coraje correntino, de enarbolar una bandera argentina que volvió a flamear en nuestras Islas”, comentó Navarro.
Con el mismo orgullo patriótico detalló que también hicieron flamear las banderas de Argentina y de Corrientes en todos los lugares que visitaron: viejos puestos de combate como trincheras, montes rocosos o antiguos refugios en los que encontraron dolorosos vestigios de la guerra como borcegos, objetos personales de soldados, herramientas herrumbradas y chatarras de equipos militares.
“Pusimos un poquito de coraje otra vez, desafiando las sanciones, para hacer flamear nuestra gloriosa bandera en un pedazo de Patria que está usurpado por el invasor inglés. Hubo lágrimas, congoja y mucho honor”, expresó Miguel Navarro.
Describió que en la península de Campbell vivieron otro momento emotivo porque “en ese lugar combatieron los otros dos correntinos que me acompañaron Ramón Echevarría y Horacio Ruiz Díaz; donde produjeron importantes bajas a las tropas comando inglesas que no pudieron desembarcar en ese lugar”.
LAS ISLAS EN LOS OJOS, LA SANGRE Y EL CORAZÓN
Para Miguel Navarro el lugar de visita más difícil y emotivo fue “el Aeropuerto, porque en ese lugar combatí casi 70 días. Me brotaron las lágrimas de los ojos y me invadieron los recuerdos porque en ese lugar pasé los momentos más duros y difíciles. El Aeropuerto fue el lugar donde más bombas cayeron durante la guerra, comparado con la cantidad de bombas que cayeron sobre Berlín al final de la segunda guerra mundial”,describió.
El veterano de guerra -sanmigueleño de nacimiento, itaibateño por adopción- relató que en cada posición de combate al que volvieron; “repetimos los recorridos que hicimos durante la guerra”.
“Realizamos un esfuerzo físico muy grande porque no es lo mismo ascender a los montes y trasladarse grandes distancias con lluvia, viento, temperaturas bajo cero o aguanieve ahora a los 55 años. Recuerdo que a los 19 años recorrimos esas mismas distancia para conseguir agua, comida, abrigo, municiones y no nos parecía cerca”, bromeó el veterano.
Miguel Navarro calificó de “honorífico” y “positivo” volver a las Islas: “si algunas vez nos sembraron dudas en el alma y en espíritu respecto de lo que hicimos os hace 35 años; con este viaje lo disipamos. Ahora, a los 55 años, volvemos de Malvinas más convencidos de que hicimos lo correcto. Volvemos seguros de haber cumplido con nuestro deber de hombre de defender a nuestra Patria”, afirmó.
“Hoy le podemos decir a nuestros hijos, a nuestros nietos, a nuestros amigos, a nuestras comunidades; que hubieron hombres que pusieron todo lo que había que poner para defender nuestra soberanía y lo volveríamos a hacer”, cerró con mucho orgullo y emoción el docente y veterano de guerra Rodolfo Miguel Navarro; que como tantos otros correntinos combatió con bravura y gallardía en Malvinas.
La Infantería de Marina de Ametralladora 12,7 fue la única compañía instruida y formada para combatir en las Islas. Durante el conflicto tuvieron varias bajas y fueron esos hermanos de guerra quienes los motivaron a volver a Malvinas 35 años después de la guerra:
“Juan, Ojito, Horacio, Catalino, Alcides, Miguel, Ramón, Víctor, Adrián, Juancito, Carlos, René. VOLVIMOS”, dice la otra bandera que los integrantes de la Compañía 12,7 BICO desplegaron en honor a sus camaradas que siguen custodiando las Islas.
Hace pocas horas volvieron a pisar el continente luego de haber pasado una semana en las Islas Malvinas, donde recorrieron todos los puestos de combate que ocuparon durante; rememoraron hazañas de puro coraje y visitaron a sus camaradas caídos hace 35 años durante la guerra contra el invasor inglés.
Fue un viaje histórico que ellos mismos se autofinanciaron y lo planificaron desde el mismo día que regresaron de la guerra: “La decisión de volver a las Islas Malvinas la tomé aquel 14 de junio de 1982 cuando caí prisionero del invasor. Ese mismo día juré volver a nuestras Islas para honrar a mis hermanos de guerra que están custodia ese pedazo de Patria”, explicó el Excombatiente y docente itaibateño Miguel Navarro antes de la partida.
Este sábado 21 de octubre por la noche estos ex integrantes de la Infantería de Marina de Ametralladora 12,7 regresaron desde las Islas a Río Gallegos. Desde allí narraron las experiencia que vivieron cargado de emoción y honra.
Viaje en el que también se permitieron algunas nuevas hazañas; como recorrer las Islas Malvinas con la bandera argentina tendida sobre sus espaldas como manto sagrado, vestidos con partes de sus antiguos uniformes e hicieron flamear la enseña patria en cada puesto de batalla al que regresaron 35 años después.
Miguel Navarro comentó que tras arribar a las Islas, el pasado lunes 9 de octubre; comenzaron a recorrer lugares emblemáticos del archipiélago ocupado. El primer lugar de visita fue “el cementerio de Darwin donde cumplimos nuestra promesa de reencontrarnos con nuestros hermanos de guerra caídos en las Islas”.
“Yo cumplí mi promesa de colocar un rosario en cada cruz. Los rosarios me los regalaron mis alumnos de la escuela N°415 Martín Jacobo Thompson de Itá Ibaté. Y le rendí homenaje a un compoblano sanmigueleño, Remigio Fernández; dejándole un rosario blanco y tomando otro negro que estaba sobre su cruz. Se lo llevo a su familia de recuerdo”, describió.
El docente y Excombatiente de 55 años comentó que los siguientes lugares de combate a los que volvieron fueron: San Carlos, el Aeropuerto, la Península de Campbell, Monte London, Las Dos Hermanas, Modi Group, Monte Quen, Monte Williams, Monte Harriet, Monte Ttumbledown.
“En Monte London se libró uno de los combates más largos, que duró cerca de nueve horas. En ese lugar hay un memorial de reconocimiento a los soldados argentinos caídos en la guerra. En este lugar nos tomamos el atrevimiento, porque nos saltó el coraje correntino, de enarbolar una bandera argentina que volvió a flamear en nuestras Islas”, comentó Navarro.
Con el mismo orgullo patriótico detalló que también hicieron flamear las banderas de Argentina y de Corrientes en todos los lugares que visitaron: viejos puestos de combate como trincheras, montes rocosos o antiguos refugios en los que encontraron dolorosos vestigios de la guerra como borcegos, objetos personales de soldados, herramientas herrumbradas y chatarras de equipos militares.
“Pusimos un poquito de coraje otra vez, desafiando las sanciones, para hacer flamear nuestra gloriosa bandera en un pedazo de Patria que está usurpado por el invasor inglés. Hubo lágrimas, congoja y mucho honor”, expresó Miguel Navarro.
Describió que en la península de Campbell vivieron otro momento emotivo porque “en ese lugar combatieron los otros dos correntinos que me acompañaron Ramón Echevarría y Horacio Ruiz Díaz; donde produjeron importantes bajas a las tropas comando inglesas que no pudieron desembarcar en ese lugar”.
LAS ISLAS EN LOS OJOS, LA SANGRE Y EL CORAZÓN
Para Miguel Navarro el lugar de visita más difícil y emotivo fue “el Aeropuerto, porque en ese lugar combatí casi 70 días. Me brotaron las lágrimas de los ojos y me invadieron los recuerdos porque en ese lugar pasé los momentos más duros y difíciles. El Aeropuerto fue el lugar donde más bombas cayeron durante la guerra, comparado con la cantidad de bombas que cayeron sobre Berlín al final de la segunda guerra mundial”,describió.
El veterano de guerra -sanmigueleño de nacimiento, itaibateño por adopción- relató que en cada posición de combate al que volvieron; “repetimos los recorridos que hicimos durante la guerra”.
“Realizamos un esfuerzo físico muy grande porque no es lo mismo ascender a los montes y trasladarse grandes distancias con lluvia, viento, temperaturas bajo cero o aguanieve ahora a los 55 años. Recuerdo que a los 19 años recorrimos esas mismas distancia para conseguir agua, comida, abrigo, municiones y no nos parecía cerca”, bromeó el veterano.
Miguel Navarro calificó de “honorífico” y “positivo” volver a las Islas: “si algunas vez nos sembraron dudas en el alma y en espíritu respecto de lo que hicimos os hace 35 años; con este viaje lo disipamos. Ahora, a los 55 años, volvemos de Malvinas más convencidos de que hicimos lo correcto. Volvemos seguros de haber cumplido con nuestro deber de hombre de defender a nuestra Patria”, afirmó.
“Hoy le podemos decir a nuestros hijos, a nuestros nietos, a nuestros amigos, a nuestras comunidades; que hubieron hombres que pusieron todo lo que había que poner para defender nuestra soberanía y lo volveríamos a hacer”, cerró con mucho orgullo y emoción el docente y veterano de guerra Rodolfo Miguel Navarro; que como tantos otros correntinos combatió con bravura y gallardía en Malvinas.
La Infantería de Marina de Ametralladora 12,7 fue la única compañía instruida y formada para combatir en las Islas. Durante el conflicto tuvieron varias bajas y fueron esos hermanos de guerra quienes los motivaron a volver a Malvinas 35 años después de la guerra:
“Juan, Ojito, Horacio, Catalino, Alcides, Miguel, Ramón, Víctor, Adrián, Juancito, Carlos, René. VOLVIMOS”, dice la otra bandera que los integrantes de la Compañía 12,7 BICO desplegaron en honor a sus camaradas que siguen custodiando las Islas.